Gerhard Richter el Artista del Siglo XX

Gerhard Richter el Artista del Siglo XX

Considerando
que aún vive y que lleva más de 60 años produciendo vanguardia artística en el
mundo. Gerhard Richter es sin duda uno de los Artistas más emblemáticos del
siglo XX. Aún produce, aún transgrede, aún emociona.  El motivo del post es mostrar un poco de este Artista un tanto desconocido
en Argentina, de hecho prácticamente no hay información en español en la Web.

Biografía: Gerhard
Richter es un
artista alemán nacido en Dresde el 9 de febrero de 1932.
Su padre fue maestro, acuciado por
la crisis de los años 30, consiguió trabajo en Reichenau a 80 km. de Dresde.
Fue obligado a unirse al partido nazi y en 1942, el niño Gerhard a participar
en la Pimpfe (mote para el cambio de voz de los muchachos, era el preparatorio
de la Juventudes Hitlerianas).  En 1939
el padre fue reclutado hacia el frente oriental (no regreso hasta 1947, fue
capturado en 1944 y pasó el resto de la guerra como prisionero) y su tío Rudi
murió en combate. La mudanza a Walterstorf en 1943 salvó a la familia del
bombardeo de su ciudad natal. Su tía Marianne Schönfelder (1917-1945) fue
eliminada como parte del programa de eutanasia establecido por los Nazis. Este
temprano encuentro con la muerte y las atrocidades del período lo hicieron
rechazar toda ideología y abrazar un profundo amor por la naturaleza.
Abandonó la escuela después del
décimo grado y emprendió su aprendizaje como pintor de publicidad y de
escenarios, antes de estudiar en la Academia de Arte de Dresde. En 1948 terminó
su escuela profesional superior en Zittau, y, entre 1949 y 1951, fue educado
allí en escritura así como en pinturas de escenario y publicidad. En 1950 su
solicitud para entrar en la Hochschule für Bildende Künste Dresden (Universidad
de Artes Visuales de Dresde, fundada en 1764) fue rechazada.
Finalmente regresa a su ciudad natal
donde comenzó sus estudios en la Academia de Arte de Dresde en 1951 y se gradúa
en 1956.
Richter se escapa de la Alemania
Oriental para ir a la Occidental, dos meses antes de la erección del muro de
Berlín.
Richter se casó con Marianne
“Ema” Eufinger en 1957. Años más tarde descubrió que su suegro,
Heinrich Eufinger, había sido uno de los responsables del programa de
esterilización y eutanasia que ocasionó la muerte de 250,000 personas durante
el Tercer Reich nueve años más tarde, ella tuvo a su primera hija, Betty.
Desde 1957 hasta 1961 Richter
trabajó como maestro entrenador en la academia y asumió órdenes del anterior
estado de la RDA. Durante este tiempo trabajó intensamente en murales
(«Arbeiterkampf», que significa «Lucha del trabajador»), en pinturas al óleo
(como retratos de la actriz germano-oriental Angelica Domroese y de la primera
esposa de Richter, Ema), en varios autorretratos y aún más en un panorama de
Dresde con el nombre neutral de «Stadtbild» («Vista de la ciudad», 1956).
En 1961 viajo solo a la Unión
Soviética, deja una maleta en la estación Berlin-Tempelhof, a su regreso busca
a Ema en Dresde, viajan a Berlín y pasan por el tren local (S-Bahn de Berlín)
al otro lado dos meses antes de la construcción del muro de Berlín. En Alemania
Occidental, viven en un campo de refugiados en Göttingen y luego con los padres
de Ema en Oldenburg. Finalmente radicándose en Düsseldorf en la Kunstakademie
hasta 1967 donde fue docente en la Hochschule für bildende Künste de Hamburgo
hasta 1971. Su puesto en Düsseldorf lo mantuvo hasta 1993.
Richter enseñó también en el Nova
Scotia College of Art and Design. En 1983, Richter se reubicó desde Düsseldorf
a Colonia, donde aún vive hoy en día.
Se casó por segunda vez con la
escultora Isa Genzken, en 1982. Richter tuvo a su hijo, Moritz, con su tercera
esposa, Sabine Moritz, el año en que se casaron, 1995. Un año más tarde nació
su segunda hija, Ella María.
Richter tuvo su primera exposición
individual, Gerhard Richter, en 1962 en Fulda, quemó todo el material después
del show y en la Galería Schmela en Düsseldorf. Poco después, celebró
exposiciones en Múnich y Berlín y a principios de los setenta expuso en Europa
y los Estados Unidos.
Su cuarta retrospectiva, Gerhard
Richter: 40 años de pintura, con Robert Storr como curador, se inauguró en el
MoMA de Nueva York en febrero de 2002, luego viajó a Chicago, San Francisco, y
Washington, DC.
El Archivo Gerhard Richter se
estableció en colaboración con el artista en 2005 como un instituto de las
Colecciones Estatales de Arte en Dresde, Alemania.
Richter ha publicado una serie de
catálogos, monografías, y libros de su obra de arte y notas sobre pintura, y ha
recibido honores y premios por su arte.
Reside en Colonia, donde fue
nombrado ciudadano ilustre. Sigue pintando y exponiendo, habiendo participado
en la Bienal de Venecia.
En el 2008 se exhibió en el Museum
Ludwig-Köln, sus trabajos para los vitrales de la catedral de Colonia. Tuvo
retrospectivas en el 2009 en el Albertina de Viena, Haus der Kunst, München,
Tate Modern, Neue Nationalgalerie, Berlín y el Musée national d’art moderne
Centre Georges Pompidou, Paris.

En 2012 inaugura Panorama, su
muestra retrospectiva con motivo de su cumpleaños número 80.
Obra: Después de realizar murales, Richter inició una nueva
fase en su carrera Descubrió el expresionismo abstracto y una serie de
tendencias de vanguardia, formando lazos de amistad con otros artistas de su
generación como Sigmar Polke. Se identificaban como artistas del pop art
alemán, pero fueron también, durante un breve periodo, iniciadores de una
variante satírica del pop a la que llamaban «realismo capitalista».
En 1962 inició pinturas que fundían
la iconografía periodística y retratos de familia con un realismo austero
basado en la fotografía. En su primera exposición de Düsseldorf, en 1963, el
artista presentó por vez primera un estilo de fotografía-pintura, utilizando
fotografías de paisajes, retratos o bodegones como base de sus pinturas. A
finales de los sesenta comenzó su fase «constructivista», que incluyó trabajos
como Color Charts, Inpaitings, Gray Paintings y Forty-eight Portraits, así como
un trabajo con espejos.
A inicios de la década de los años
setenta, evolucionó para una pintura monocromática sobria que evocaba la
corriente minimalista, pero con una diferencia significativa en lo que respecta
al objetivo y al sentimiento. A finales de la década y principios de los
ochenta, las pinturas sobre lienzo de colores brillantes y atrevidamente
delineadas diferían de la pintura pirotécnica neoexpresionista que estaba
entonces en boga. A lo largo de toda su carrera, Richter ha cultivado en su
trabajo un estilo sutilmente romántico y aparentemente antimodernista.

La producción artística de Gerhard
Richter puede clasificarse en tres categorías: figurativa, esto es, todas las
pinturas se basan en la fotografía o la naturaleza; constructivista, trabajo más teórico como
tablas de color, paneles de vidrio y espejos; y abstracta, casi todo el trabajo
realizado desde 1976 excepto bodegones y paisajes.

Ha ganado, entre otros, el Praemium
Imperiale en 1997, el Premio Wolf de las Artes en Jerusalem en 1995, el Premio
Kokoschka en París, el de la Academia de Artes y Letras en Nueva York, el
Arnold Bode Preis de Dokumenta y el León de Oro de la Bienal de Venecia
Museos
que poseen su obra:
*     
Galerie
Neue Meister, Dresde (Sajonia, Alemania)
*     
Museum
Ludwig, Colonia (Renania del Norte-Westfalia, Alemania)
*     
Russisches
Museum, San Petersburgo (Rusia)
*     
Neues
Museum Weserburg Bremen, Bremen (Alemania)
*     
Museum
Frieder Burda, Baden-Baden (Baden-Wurtemberg, Alemania)
*     
Museum
of Modern Art (MoMA), Nueva York (Nueva York, Estados Unidos)
*     
Hamburger
Kunsthalle, Hamburgo (Hamburgo, Alemania)
*     
Pinakothek
der Moderne, Munich (Baviera, Alemania)
*     
Städtische
Galerie im Lenbachhaus, Munich
*     
Solomon
R. Guggenheim Museum, Nueva York
*     
Kunstmuseum
Walter, Augsburgo (Baviera, Alemania)
*     
Kunstmuseum
Winterthur, Winterthur (Zúrich, Suiza)
*     
Migros
Museum für Gegenwartskunst, (Zúrich)
*     
Montreal
Museum of Fine Arts, Montreal (Quebec, Canadá)
*     
Museum
Brandhorst, Munich
*     
Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid, España).
Retrospectivas
recientes:
2012
Gerhard Richter: Panorama


Con motivo del 80 cumpleaños del
artista alemán Gerhard Richter  se
organizó “Panorama”  que abarcó casi
cinco décadas de su creación artística.
Gerhard Richter: panorama incluyó
pinturas realistas basadas en fotografías, coloridas abstracciones gestuales
como las pinturas con escobilla, paisajes sutiles y pinturas históricas.
Richter también se valió de otros medios y materiales para realizar sus obras
como, por ejemplo, pintar sobre sus fotografías o fotografiar sus propias
pinturas.
La exposición contó además con una
serie de construcciones de vidrio de los años sesenta, setenta y del año 2000 y
obras realizadas con espejos iniciadas en la década de los 80.
Con la creación de cuadros sobre
familias que habían sido miembros y víctimas del partido nazi, Gerhard Richter
fue uno de los primeros artistas alemanes en reflexionar sobre la historia del
Nacionalsocialismo. A través de sus obras, el artista ha ido respondiendo a
momentos clave de la historia. De hecho, la exposición incluyó su trabajo
Septiembre 2005, una pintura sobre los ataques terroristas al World Trade
Centre de Nueva York en 2001.
2014 Gerhard Richter, Marian
Goodman Gallery,

el indiscutible gurú de la pintura de las cinco últimas décadas, con una gran
muestra en la galería Marian Goodman, que abre ahora un espacio en Londres
siguiendo el camino de otras galerías neoyorquinas como Gagosian o David
Zwirner, que han visto en Londres el escenario ideal para fortalecer su
negocio.
Marian Goodman es probablemente la
galería más poderosa de Nueva York. Tal vez sus números no sean tan abrumadores
como los de Gagosian, pero su prestigio es mucho mayor. Goodman, que tiene 86
años, acogió en su día a un número importante de artistas europeos. Mostró en
su día el trabajo de Broodthaers, Penone, Richter o Toroni por vez primera en
Estados Unidos y representa hoy a muchos de los artistas más importantes del
concierto internacional, desde Gabriel Orozco y Pierre Huyghe hasta Tino
Sehgal, Danh Vo o Adrián Villar Rojas. Sirva de ejemplo de la importancia que
la galería otorga a esta exposición el hecho de que se haya publicado un
catálogo con textos nuevos de autores como Benjamin Buchloh o Robert Storr.
Este último fue el comisario de Forty years of painting, la retrospectiva que
el MoMA dedicó al artista hace ahora trece años.
El lugar es una antigua nave
victoriana de casi 4.000 metros cuadrados divididos en dos pisos y con un gran
lucernario por el que se filtran rotundos haces de luz que rivalizan con un
juego de contundentes columnas. En ella, Gerhard Richter ha dispuesto un buen
conjunto de obra reciente que incluye experimentos digitales, pinturas
realizadas sobre diferentes soportes y fotografías.
Richter cumplirá pronto 83 años. En
su larguísima carrera ha tocado todos los estilos posibles y ha explorado todos
los rincones plásticos y conceptuales de la pintura.
 En los años setenta, Richter utilizaba la
fotografía para deconstruir sus propios cuadros. Sería algo parecido a doblar
una imagen hasta que de ella sólo quede una mancha abstracta e ilegible. Strip
es el resultado de una operación similar pero en el ámbito digital, a través
del que alude metafóricamente al paso fugaz de las imágenes, que corren como
fantasmas inasibles, frente a la simbología que podría derivar del recurso
analógico anterior, más relacionado con las propiedades corpóreas de la pintura
y con la serialidad de su registro fotográfico. Strip consiste en un trepidante
conjunto de líneas horizontales que exploran el desenlace aleatorio con el que
nos sorprenden las imágenes cuando miramos su envés.
Con sus diez metros de longitud,
Strip es la pieza imponente de la exposición pero no me resulta mucho más
rotunda que Scheiben (Kartenhaus), de 2013, una de sus célebres piezas de
cristal. Remite esta pieza a su conocidísima 4 Glasscheiben pero su resolución
tiene una mayor complejidad y su secuencialidad resulta enconada y confusa. Es
tan aristado el conjunto que no podemos sino coincidir con la invocación que
Richter hace de Friedrich y de suNaufragio del Esperanza, una de las joyas del
Romanticismo alemán. Hay una tensa relación entre interior y exterior, entre el
dentro y el afuera, que se abrazan desdibujándose.
Más contenidos, aunque también
poderosos, son los trabajos de la serie Flow, cuyos procesos nos sitúan ante el
carácter experimental del trabajo de Richter. El propio título alude al fluir
de la pintura, pero pronto comprobamos que se trata de todo lo contrario, pues
lo que vemos es el resultado de la radical interrupción de ese fluir. El pintor
alemán trabaja estos cuadros (cuyo soporte es de cristal) en el suelo. Deja
caer el esmalte y observa su correr por la superficie horizontal hasta que
decide frenar ese proceso poniendo otro cristal sobre la superficie. El
movimiento de la pintura queda detenido, como si congelara de repente un río de
lava. El clima es denso, poroso, todo lo contrario que su pieza de cristal, tan
liviana. Y demuestra al mismo tiempo otro perfil de trabajo con respecto a su
serieStrip, tan fría y mecánica, tan ajena a lo tangible, a lo manual.
Un Richter en todas sus
manifestaciones es lo que nos propone la galería Marian Goodman en Londres.
Otra cosa sería un sinsentido. Restringir una presentación de Richter a un solo
estilo sería mutilarlo. El tercer vértice de ese triángulo tremendo de pintores
alemanes que forma con Kiefer y Polke no defrauda, y demuestra la capacidad del
artista de aferrarse a su tiempo, a una época globalizada que, como ha
reconocido en una entrevista reciente, nos aleja sistemática y desinhibidamente
de toda tradición. Las tradiciones tal vez le resultan esquivas. El presente,
desde luego, no.

Lic. Gustavo Perino