28 Jul ¿Vintage o retro?
Revista Rouge, Editorial Perfil (28-07-2015)
El mercado del diseño está en alza, vendiendo por doquier productos que aparentan ser nuevos pero en realidad son antiguos, bastante antiguos. Si este revival por lo retro es tal como dicen, ¿por qué los anticuarios están atravesando una de las peores crisis de su historia? ¿Por qué alguien decide ir a comprar algo a un shopping en vez de ir a un anticuario?
Pregunta difícil de responder, si el deseo del cliente es conseguir algo antiguo que satisfaga su necesidad de estar a la vanguardia y ambientar un lugar de su casa.
¿Como puede ser que alguien prefiera pagar mucho dinero por algo hecho “ayer” pero que parezca que es antiguo y no pagar esa misma cantidad de pesos por algo antiguo, de calidad y por el mismo o menor volumen de billetes?
Primero hace falta definir la diferencia entre Vintage y Retro
“Vintage” determina que la pieza es original y antigua, en este caso, su significado específicamente hace referencia a los muebles originales creados entre los años 30, 50 y 70´s de diseño principalmente americano, bauhaus, escandinavo y todo lo relacionado a la era espacial moda producida por la llegada del hombre a la luna. También se ve la utilización del material plástico como medio decorativo y funcional.
En los últimos tiempos, debido a la moda y los nuevos espacios reducidos en la arquitectura, lograron que el mueble Vintage sea perfectamente adaptable a los actuales interiores, tal es así que muchos diseñadores como Maurice Calka con su escritorio boomerang de fibra de vidrio pasó a tener una mayor demanda y precio que un suntuoso escritorio del siglo XVIII. Y con la moda no tardan en llegar las reproducciones, aquí es donde aparece lo que se denomina el diseño Retro cuyo papel no es más que realizar algo moderno y darle un toque de envejecimiento o formas similares a la de los antiguos diseñadores.
Ahora bien, estadísticamente cuando hablamos de un diseño de autor el valor mueble u objeto tiene un precio bastante más elevado que uno Retro, sin embargo cuando hablamos de diseños más comunes como los muebles americanos o escandinavos, es mucho más conveniente (hablando desde el precio exclusivamente) adquirir los originales de época que los “retro” fabricados actualmente, con la diferencia que muchos debido al paso del tiempo necesitaran alguna intervención o restauración para su adaptabilidad.
Según un apasionado anticuario; “los muebles antiguos, acercan la historia a quienes quieren conocerla tal y cual fueron creadas en su momento, y que en ocasiones son únicas e irrepetibles. En cambio algunos comercios sólo persiguen un claro objetivo comercial, al recrear obras de décadas pasadas, imitando a las originales, muchas veces utilizando materiales casi descartables, en el afán de seguir cierta tendencia o moda del momento, solo hace falta acercarse a un anticuario y comparar precios de objetos genuinamente antiguos con copias seriadas” nos comenta Gustavo Cuenca (de Los Recolectores – Arte&Antiguedades) en el barrio de Montserrat.
El porqué de la caída del consumo de antiguedades (de objetos bellos y armoniosos) frente a los muebles de diseño y reelaboraciones de periodos históricos de la vanguardia del diseño.
Ignacio Capdepont, (de Capdepont Antiques) nos comenta que, -según su opinión-Actualmente, el diseño está determinado por el espacio y no en generar y tomar espacios para el mismo; es decir el diseño queda sumergido o supeditado a la división y contracción de las superficies.
Se origina así un “nuevo paradigma” o una estética casi “austera y simplista”, excluida de grandes desarrollos e inmersa y circunscripta a las nuevas estructuras, cada vez menores y reducidas de la arquitectura.
Las Artes Aplicadas -al igual que cualquier manifestación artística- son una copia fiel de las estructuras, modelos y formas del período en el que fueron creadas.
Nos encontramos ante una resemantización de las primeras vanguardias del diseño, no en cuanto a la transformación del objeto en obra de arte (M. Duchamp –Ready Makes) sino como una falta total de frescura y una denotada ausencia de creatividad e incentivo colectivo; por ello se vuelve a periodos anteriores o se reelaboran los mismos, dándoles un nuevo significados a las vanguardias del diseño.
En estos tiempos en el diseño se incrementa la pérdida de la iniciativa y queda supeditado a la línea y la circunferencia, que generan formas cada vez más puras y sencillas.
Art Decò y la Bauhaus: consideradas “pioneras del diseño”, junto al constructivismo, tanto en el diseño de objetos decorativos como en el mobiliario y la arquitectura.
En nuestro días, pleno Siglo XXI, hay un retorno a esas estructuras simples y austeras pero que en el presente carecen del desarrollo y contextualización del periodo en el que se desarrollaron.
Las nuevas generaciones ingresaron de lleno a lo que se conoce como “Obsolencia” o bien: las cosas deben tener un fin y tienden a la caducidad, como si les llegara la muerte y se considera que hay desechar todo lo relacionado a la idea de orden y tradición. Fundamentalmente es por esa razón que decae en el diseño el empleo y utilización de antigüedades y objetos relacionados a la tradición; hay nuevos estándares o “paradigmas” y un aumento de la necesidad de generar riqueza y ventas en un mundo cada vez más pobre y a la vez más globalizado.
La industria, por su parte, junto a los medios de comunicación masivos, son los que generan y evalúan las tendencias actuales; por esa razón vemos cada vez más venta de muebles pseudo-Decò o Bauhianos a precios siderales, sin relación al precio en el que se puede adquirir una pieza de mobiliario antigua o tradicional e inclusive las piezas originales de los periodos citados.
Otra causa cada vez más marcada es la transformación de las materias primas, debido al fuerte incremento del costo de los materiales nobles: marfil, ébano, teca, originándose nuevamente este principio de Obsolencia o de desecho y finitud de las cosas, en función de nuevas tecnologías y estructuras de poder, que desprestigian en sus raíces todo aquello que genere idea de orden.
Si bien sobre el mundo de los gustos no hay nada escrito y queda a consideración de cada cliente elegir dónde comprar, es probable que al no haber mucha información y tener el prejuicio sobre comprar algo antiguo muchos clientes terminen adquiriendo a altísimos costos un mueble que por su diseño no es original y estar confeccionado con materiales de baja calidad en comparación con los muebles auténticos.
En la jerga también se utilizan los términos “De época” para nombrar a las piezas originales y “De estilo” a las copias contemporáneas. Siempre las artes y oficios superan en calidad, originalidad y aporte estético que los productos industrializados. La próxima vez que piense en adquirir un mueble o elemento decorativo, piense en un anticuario y compare precios y calidad.
Profesionales consultados: Lic. Igor Lelczuk – Anticuario, Perito de Arte, Ignacio Capdepont – Anticuario, Técnico en Expertizaje, Martillero Público y Gustavo Cuenca, Anticuario y Coleccionista.
(*) El autor es Licenciado en Peritaje y Valuación de Obras de Arte, egresado de la Universidad del Museo Social Argentino. Sitio web: http://givoa.com.ar/