18 Oct Corrupción, Soberbia y Cinismo en el Mercado de Arte
Posted at 00:09h
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by Givoa User
I. “Expertos” vs. Ciencia. – ¿Quién carajo es Jackson Pollock?
Imagino en la antigüedad cuando los primero médicos ejercían su profesión y debían enfrentarse a los “expertos” de la época, a los curanderos. Imagino cuanta descalificación habrán recibido y los años, lustros y siglos les habrá llevado obtener la reputación indiscutible que hoy tiene esa profesión que, con el acceso a la tecnología pueden diagnosticar lo que antes ni siquiera se pensaba.
Los peritos de arte nos encontramos en un mundo de “curanderos” donde lo que ellos suponen o creen que es, termina siendo ley, contra todo análisis técnico científico y estudios interdisciplinarios; estos personajes creen ser los que saben, los que deciden aún por encima de los artistas si sus obras les pertenecen o no.
Basados en la nada, en los preciados “antecedentes” como ellos le llaman, vale más una obra con firma falsa que sin ella, con documentación apócrifa que sin ella.
Este film-documental demuestra la realidad de un mercado fraudulento como el mercado del Arte y demuestra el enorme camino que tenemos los profesionales del arte que recorrer para algún día ser considerados médicos y no curanderos.
No pasó mucho tiempo entre que salí de la Universidad y me encontré con este gran muro de ignorancia que poseen “los que saben”, nadie sabe decir por que una obra no es de tal o cual artista. Solo saben decir “no lo es” solo lo dicen y desaparecen.
Estoy convencido que hemos empezado un camino, desde el sur podremos generar los mecanismos que validen nuestra profesión y regulen la actividad de la pericia en las obras de Arte y podremos expandirlo a otros países. Claro está, que se tocan intereses complejos y que no será un camino fácil pero como dice una frase célebre “CUANDO ESTAS CONVENCIDO DE ALGO, EL MUNDO ENTERO CONSPIRA PARA QUE LO LOGRES!”.
Ver video:
II. Situación del mercado Argentino.
En el mercado Argentino la situación es deprimente, una decena de casas de subastas se consideran las dueñas del mercado y mueven sus palancas sólo en pos de su beneficio económico, sin importarle la procedencia y calidad siempre y cuando las reglas del negocio las establezcan ellos.
Voy a citar algunos ejemplos de situaciones vividas en este año 2013 por algunos clientes.
Una importante casa de subastas ve el lote de un cliente y decide incorporar las obras en el próximo remate, el dueño de las obras se entusiasma con la oferta ya que necesita vender parte de su colección.
Las reglas eran que ciertas obras las vea “el hijo de” refiriéndose al hijo del artista. El “hijo de…” como la mayoría de los descendientes de los artistas no conocen la obra de su progenitor como lo puede hacer un perito*.
El dueño de la obra; desiste de esta opción por no generarle confianza el manejo y propone presentar documentación de profesionales que avalen la autenticidad, la casa de subasta termina accediendo pero misteriosamente dos días antes de cerrar la operación previa a la subasta desisten y argumentan “que todo el lote es falso”. (Nunca las obras fueron sacadas de su envoltorio para ser examinadas). Uno de los “eruditos” de ese artista y que se encargó durante muchos años a certificar obra de ese maestro expresó una vez “si yo digo que es auténtica, se vende. Si digo que no lo es, NO, por lo tanto el 50% del valor es mío”
*Hay jurisprudencia que indica (después de arduos procesos judiciales) que la certificación de obra por parte del hijo de tal o cual autor NO es válida por no tener los conocimientos necesarios para llevar adelante esa tarea
En otro caso, una casa de subastas determinó POR E-MAIL! que las obras no eran auténticas.
En un remate del mes de Septiembre, una casa de Subastas de la calle libertad celebró un remate, en la sala estaba el 50% ocupada por los dueños de las obras, el resto ocupada por interesados y curiosos, el 80% de las obras no salieron a la venta. Misteriosamente la gran mayoría de las obras no vendidas aparecieron publicadas en un portal de compra on-line semanas después. Esto no tiene nada de ilícito, sino que llama la atención que estos “conocedores del arte” que dirigen esta casa de subastas no toman ninguna obra que haya sido comprada en dicho portal. Raro!
Las fundaciones no quedan exentas de estos turbios manejos, la primera casa de subastas que cito al principio dijo textualmente “estos que vos tenés son buenos, nosotros sacaremos dos más en el próximo remate que no lo son pero no hay problema por que todos pasan por la fundación y obtenemos el certificado”. Dicha fundación es la responsable que 50% de la obra de ese artista no se venda en los remates por haber certificado sistemáticamente obra falsa, demás está aclarar que parte del financiamiento de la fundación viene de estos “tramites” a ciertos amigos de casas de subastas.
Contra estas estructuras peleamos los profesionales académicos que pretendemos hacer un trabajo honesto, ético y profesional, nutridos de las herramientas técnicas científicas necesarias para respaldar nuestras conclusiones. Aún falta tiempo para que haya luz sobre este tema, mientras tanto seguimos luchando presentando expedientes de 40 carillas versus un pequeño papel que dice “fulano de tal, certifica que esta obra es de tal o cual artista”
Lic. Gustavo Perino